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Inauguramos en este segundo número de SECLAEndosurgery nuestra sección Día a Día, que nace con el objetivo de abrir un espacio completamente novedoso dentro de las publicaciones científicas y aprovechar todas las posibilidades que nos brinda un medio tan ágil y directo como Internet. Queremos que este rincón de la revista sirva a todos aquellos cirujanos laparoscópicos o que practican la cirugía mínimamente invasiva para transmitir a sus colegas, de forma directa, clara y sencilla, su experiencia diaria en este campo. No dudéis en enviarnos vuestros trabajos, en forma libre (no es necesario que se trate de artículos, revisiones, notas clínicas, etc.), a [email protected]


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INTRODUCCIÓN

Los Anisakis son parásitos nemátodos (gusanos redondos) que se clasifican en cuatro especies, de las cuales la más frecuente es la llamada Anisakis Simplex. La larva de ésta tiene una longitud de 18-36 mm y un diámetro de 0,24-0,6 mm, color blanquecino y cutícula estriada transversalmente.

El hombre es un hospedador accidental del parásito. Se puede infestar con larvas que parasitan las carnes y vísceras de las más de 150 especies de pescados descritos como hospedadores intermedios. Estas larvas llegan al organismo al comer moluscos, crustáceos o pescados infestados, crudos o poco cocinados. Depende de la zona geográfica, pero es sabido que hasta un 40% del pescado presente en los mercados españoles puede estar parasitado.

El Anisakis puede afectar al hombre de las siguientes formas:

1. Afectación digestiva o anisakiasis. Es la parasitación del tubo digestivo por Anisakis. La mayor experiencia en estos cuadros corresponde a Japón (cerca de mil casos al año). En España se han descrito varios casos desde 1991. Puede haber una forma luminal, no invasiva, asintomática y una forma invasiva en la que las larvas penetran la mucosa y se incluyen en la submucosa.

Se distinguen varias formas invasivas de la enfermedad:
a. Forma gastroduodenal (72% de los casos). Se manifiesta mediante epigastralgia, náuseas y vómitos, diarrea, fiebre, urticaria y edemas. El parásito provoca una intensa gastritis enclavando su porción cefálica en la pared gástrica.
b. Forma intestinal. La larva migra al intestino delgado y provoca cuadros de dolor abdominal e incluso obstrucción intestinal por proliferación del parásito.
c. Hay otras localizaciones más infrecuentes como colon, peritoneo y granulomas y abscesos en hígado, bazo, páncreas y pulmón.

2. Hipersensibilidad a Anisakis. Para que se produzca no es necesaria la parasitación digestiva. En España se comunicó el primer caso de hipersensibilidad en 1995.

3. Coexistencia de anisakiasis e hipersensibilidad a Anisakis.

4. Recientemente se ha publicado un caso de conjuntivitis ocupacional en un pescadero por alergia a Anisakis.


MAGNITUD DEL PROBLEMA E IMPLICACIONES QUIRÚRGICAS

Los casos de anisakiasis publicados en España son escasos, pero este fenómeno en nuestro país probablemente tenga una magnitud importante por varios motivos:
- España es el segundo país del mundo consumidor de pescado
- Se consumen a menudo moluscos, crustáceos y pescados crudos o semicrudos (ahumados, salazones, vinagretas…)
- El pescado que llega al consumidor presenta altas tasas de parasitación por Anisakis (hasta el 80%)
- Las larvas son muy resistentes a condiciones adversas
- El retraso en la evisceración y congelación en alta mar puede favorecer la migración de las larvas desde el aparato digestivo hasta los músculos de los peces, aumentando el riesgo de parasitación tras su ingesta

Los cirujanos nos enfrentamos a este problema habitualmente en el ámbito de la Urgencia. Se trata de cuadros de obstrucción intestinal mecánica o de dolor abdominal agudo con leucocitosis moderada que plantea diagnóstico diferencial con apendicitis. El antecedente de ingesta de pescado crudo o semicrudo no siempre es referido por el paciente y tampoco aparece siempre eosinofilia en el hemograma. La ecografía abdominal suele describir la presencia de líquido libre intraabdominal pero no siempre describe la situación apendicular.
El abordaje laparoscópico de estos casos permite efectuar un diagnóstico preciso del cuadro abdominal con una mínima invasión para el paciente. La presencia de líquido libre en el fondo de saco de Douglas es habitual (Fig.1) y puede evacuarse y lavarse fácilmente. Por otro lado, la presencia de una enteritis regional localizada (segmento de asa inflamado, engrosado y con placas de fibrina) que no provoque cuadro obstructivo no requiere de extirpación del segmento afectado y puede ser tratado de forma conservadora (Fig.2).


CONCLUSIÓN

Esta patología relativamente emergente en nuestro país plantea una aplicación más del abordaje laparoscópico en el abdomen agudo.


BIBLIOGRAFÍA

1. Cheng CT. Parasitología General. Ed. AC, 1978: 649-651.
2. Viciona Martínez-Lage MJ, Cabezas Fernández MT, Fuentes Porcel O, Jiménez Cortés MC, Latorre Navarro E, Avivar Oyonarte C. Ileitis eosinofílica segmentaria secundaria a Anisakis. Revista Española de Patología 2001;34(2):135-139.
3. Obispo J, Herrero JJ, Borobia LE, Chivato T, Laguna R, Baquedano J. Obstrucción intestinal producida por la larva de Anisakis. Cirugía Española 2000;67:368-371.


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