powered by FreeFind



INTRODUCCIÓN

La enfermedad por reflujo gastroesofágico se define como el paso espontáneo del contenido gástrico al esófago, sin mediar eructos o vómitos, existiendo una serie de factores defensivos del esófago (barrera gastroesofágica competente, respuesta normal del esfínter esofágico inferior, neutralización del material refluido e integridad de la barrera mucosa), que van a impedir que esto ocurra (1). De todos estos factores defensivos, la respuesta del esfínter esofágico inferior (E.E.I) es, desde el punto de vista quirúrgico, el más importante, pues es el único elemento sobre el cual podemos actuar quirúrgicamente, ya que el fracaso mecánico del mismo puede diagnosticarse por manométrica esofágica e indicar la cirugía reconstructiva del mencionado mecanismo esfinteriano.

Desde los estudios de DeMeester, sabemos que el esfínter esofágico se define desde el punto de vista manométrico por una serie de parámetros (Tabla I) y que la alteración de estos parámetros nos comportará un E.E.I mecánicamente deficiente. En esta situación, la probabilidad de un aumento de la exposición esofágica al jugo gástrico, y por tanto de complicaciones graves por el reflujo, es de 65-68% si uno de los parámetros está alterado; del 69-79% si son dos los factores alterados, y del 92% si están los tres (2).



Las bases técnicas para la reconstrucción quirúrgica del E.E.I vienen definidas
(Tabla II) y quirúrgicamente consisten en una seria de gestos como son: una adecuada disección del esófago para conseguir una porción intrabdominal suficiente, de modo que se aumente la longitud abdominal y total del E.E.I, el tratamiento de la hernia hiatal si la hubiere, el cierre adecuado de los pilares diafragmáticos y la creación de una fundoplicatura, que será otro factor más que nos aumentará la presión del E.E.I.
Como se desprende de lo anterior, la fundoplicatura no es el único gesto quirúrgico en el correcto tratamiento de la enfermedad por reflujo, pues una incorrecta disección del esófago, una hernia hiatal no tratada o un cierre de pilares deficientes o a tensión nos llevarán al fracaso quirúrgico, independientemente de si hemos practicado una fundoplicatura parcial o total.




P·gina desarrollada por Grupo Quator/Edicorp. Webmaster:[email protected]