INTRODUCCIÓN
Uno de los momentos más complejos
del abordaje laparoscópico del reflujo gastroesofágico es
el de la disección de la cara posterior esofágica. Lo más
frecuente es que el paciente presente cierto grado de obesidad y que la
esofagitis de mayor o menor intensidad asociada al reflujo dificulte dicha
disección.
Cuando se llega a ese momento de la intervención se echa de menos
un instrumento capaz de "girar" rodeando el esófago,
ya que todo el instrumental rígido tiende a introducirse en el
mediastino cuando se está disecando la unión esófagogástrica
desde el pilar derecho.
Los instrumentos a que vamos a referirnos vienen a resolver este problema
y así a contribuir a la seguridad de la disección esofágica
en esta intervención.
SEPARADOR ESOFÁGICO "DIAMOND FLEX"
Distribuido por Prim SL, este instrumento pertenece a una familia de separadores
de la misma línea, que son flexibles y reutilizables. Tienen 5
mm de diámetro y puntas romas. Existen diversos modelos: separadores
angulados para la manipulación de la vesícula biliar y el
hígado durante la colecistectomía, separadores hepáticos
triangulares de 60 y 80 mm de longitud, separadores circulares para el
ovario y los separadores esofágicos a que nos referimos en esta
ocasión. Estos existen en dos versiones: curvado a la derecha y
curvado a la izquierda (para poder rodear el esófago desde uno
u otro lado) y hay un modelo más en ambas versiones: angulado curvado
a la derecha y angulado curvado a la izquierda.
Su forma de utilización es muy sencilla: se introducen en forma
lineal por trócares de 5 mm y una vez que están en la cavidad,
siempre bajo visión directa, se gira la rueda de su extremo proximal
y ello hace que se angulen progresivamente hasta adquirir una forma redondeada
como "en cestilla". Su extremo distal romo y un empleo cuidadoso
garantizan la ausencia de lesiones.
VENTAJAS E INCONVENIENTES DEL INSTRUMENTO
La ventaja fundamental que encontramos a estos separadores es la seguridad
que aportan a la disección y a la retracción esofágica.
No sustituyen a la disección en modo alguno, pero facilitan las
maniobras en la cara posterior del esófago, donde el instrumental
rígido puede lesionar fácilmente por falta de visión
adecuada.
Su precio puede resultar elevado inicialmente, por tratarse de instrumental
metálico reutilizable, pero su incorporación al arsenal
quirúrgico empleado en estas intervenciones acaba por amortizar
la inversión inicial.
No es necesario utilizarlos siempre. La adquisición progresiva
de experiencia en la disección laparoscópica de la unión
esofágogástrica puede llevar a prescindir de su empleo sin
perder seguridad, sobre todo en los casos sencillos.
No tenemos noticia de lesiones provocadas por este instrumental, pero
hipotéticamente su empleo poco cuidadoso podría producirlas.
La seguridad de cualquier material quirúrgico depende fundamentalmente
de las manos que lo utilizan.
UTILIZACIÓN DE LOS SEPARADORES ESOFÁGICOS
Una vez realizada la disección de la unión esófagogástrica
y visualizados ambos pilares diafragmáticos, se introduce habitualmente
primero el separador del lado derecho
(Figs. 1 y 2).
Progresivamente se aumenta la curvatura del instrumento hasta rodear
completamente el esófago maniobrando con cuidado con el extremo
romo del separador y traccionando simultáneamente del estómago.
Colocado el separador del lado derecho (Fig. 3), es necesario visualizar
desde este lado la cara posterior esofágica, donde habitualmente
quedan adherencias por disecar, y ambos pilares. Esto se consigue utilizando
el camino hecho por el separador derecho para colocar el izquierdo (Fig.
4).
Esta maniobra requiere cierta tracción esofágica
con el separador derecho y el paso suave del contralateral completamente
rotado (en "cestilla") procurando notar que ambos se tocan al
pasar. Una vez introducido el separador izquierdo se puede retirar el
primero.
Desde la ventana creada de este modo en el lado derecho del esófago
se visualizan perfectamente los pilares diafragmáticos y se puede
proceder a su cierre en caso necesario (Fig. 5).
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