Rodero
Rodero, D.
LAPAROSCOPIA EN EL ABDOMEN AGUDO.
INTRODUCCIÓN
El abdomen agudo es una causa importante de morbi-mortalidad que frecuentemente
se asocia con enfermedades agudas del abdomen y de la cavidad pelviana
y, en ocasiones, es de etiología desconocida.
El valor de la laparoscopia en pacientes con abdomen agudo es conocido
desde los años 50, aunque ha sido en la última década
cuando se ha empezado a emplear en Cirugía como método diagnóstico
y, en la mayor parte de las ocasiones, también terapéutico.
INDICACIONES DE LA EXPLORACIÓN LAPAROSCÓPICA
a. Traumatismo abdominal cerrado o abierto.
La supuesta lesión abdominal será investigada con el examen
clínico, TAC, y a veces punción lavado abdominal. En estos
pacientes, la laparoscopia puede evitar un 20 % de laparotomías
en blanco, que no serían evitables con todas las pruebas diagnósticas.
b. Abdomen agudo no traumático
La laparoscopia aporta un diagnostico rápido y eficaz, evitando,
como en el caso anterior, laparotomías innecesarias que pueden
llegar al 25 % y acortando el tiempo de decisión quirúrgica,
vital para un número importante de pacientes. Estudios ya realizados,
demuestran que se pueden reducir los errores diagnósticos en el
abdomen agudo con el empleo de la laparoscopia de manera sistemática,
aunque actualmente no esta introducida en la comunidad quirúrgica
como un método diagnóstico y terapéutico de gran
utilidad en el abdomen agudo.
La laparoscopia necesita un proceso de aprendizaje primero y de experiencia
después para poder ser empleada sistemáticamente. Además,
existen factores de índole económica, dado que no siempre
se dispone de equipos de laparoscopia en cirugía programada y en
urgencias.
Algoritmo de valoración del Abdomen Agudo:
1 Valoración clínica del paciente
2 Analítica convencional y test de imagen
3 Estabilización hemodinámica, analítica y bioquímica
4 Exploración laparoscópica, diagnóstica y la mayor
parte de las veces, terapéutica
5 En caso de necesidad, conversión a cirugía convencional
En el caso de esta última opción, la localización
y tamaño de la incisión se determina a la vista de los resultados
de la exploración laparoscópica, lo que llamamos, laparotomía
asistida por laparoscopia.
La visualización, y por consiguiente exploración de toda
la cavidad abdominal por laparoscopia, supera con creces los datos obtenidos
con una incisión en cualquiera de los cuadrantes de la pared abdominal.
El acto terapéutico en la cirugía laparoscópica
del abdomen agudo se suele iniciar con el lavado-aspiración
del contenido de la cavidad (sangre, material purulento, contenido intestinal),
y en ocasiones dicha limpieza puede ser el único procedimiento
que se requiere para completar el tratamiento, a lo que puede añadirse
la colocación de un drenaje si se considera necesario.
Las indicaciones de la laparoscopia de urgencia, son las mismas que para
la punción-lavado abdominal.
1. Pérdida de conocimiento por trauma cerebral, intoxicación
o ingestión de drogas.
2. Traumatismo abdominal cerrado o lesión abdominal por arma blanca.
3. Hipotensión no explicable en politraumatizado.
4. Signos dudosos en la exploración clínica del paciente.
La laparoscopia diagnóstica permite una rápida valoración
de las lesiones intraabdominales y, en el caso de lesiones multiorgánicas,
permite sistematizar la prioridad del tratamiento, lo que influye en la
obtención de buenos resultados postoperatorios.
TÉCNICA LAPAROSCÓPICA
El neumoperitoneo se realiza con la aguja de Verres de punción
abdominal, con la misma técnica que en la laparoscopia electiva,
en la región paraumbilical; o con la técnica abierta con
trocar de Hasson. La existencia de material de laparoscopia desechable
(dos trócares de 3 mm, una aguja de punción y una óptica
de 2 mm), permite la realización de esta exploración en
la UCI o en la sala de urgencia. La laparoscopia puede ser realizada en
15-30 minutos, con anestesia local y ligera sedación intravenosa.
Posición del paciente
Si se sospecha patología del hemiabdomen superior, el paciente
se coloca decúbito supino, con piernas abiertas y apoyadas sobre
perneras, para que el cirujano pueda colocarse entre ellas. Si por el
contrario se van a explorar el hemiabdomen y la cavidad pelviana, el paciente
debe estar en ligero antiTrendelemburg, con el cirujano situado su izquierda.
1. LESIONES TUBULARES DIGESTIVAS
1.1. Perforaciones digestivas
Se suele encontrar acúmulo de líquido amarillento- verdoso
en la gotiera parieto-cólica derecha (fig. 1). La existencia de
este signo es por si mismo indicativo de tratamiento quirúrgico,
por vía abierta o laparoscópica, si se tiene experiencia
en esta cirugía. En algunos casos no se descubre directamente la
lesión, pero podemos encontrar signos indirectos:
La exploración de la cavidad abdominal puede realizarse movilizando
con maniobras cuidadosas las asas intestinales y el epiplon con instrumental
laparoscópico. Más difícil será encontrar
las perforaciones localizadas en el retroperitoneo (tercera porción
duodenal) y las lesiones pancreáticas, pero afortunadamente estas
lesiones son menos frecuentes.
La cirugía laparoscópica del ulcus péptico perforado
acorta el tiempo de hospitalización, con menor morbilidad y más
confort del paciente. La técnica quirúrgica deberá
ser la misma que en la cirugía convencional. La cirugía
definitiva deberá predominar sobre la simple sutura de la perforación,
pero esto es solo posible cuando se tiene experiencia en cirugía
laparoscópica.
1. 2. Oclusión intestinal
En los casos de oclusión muy evolucionada, la distensión
del abdomen puede dificultar en gran medida la manipulación laparoscópica
de las asas intestinales y la localización de la lesión
responsable del cuadro clínico (fig. 3).
Los mejores resultados se obtienen cuando existen adherencias únicas
en forma "bandeleta" (fig. 4 y 5). Se puede producir una perforación
intestinal yatrogénica cuando existen adherencias múltiples
peritoneales y entre las asas, y cuando hay distensión e isquemia
intestinales (fig. 6).
1.3. Obstrucciones de colon por enfermedad maligna
Se pueden resolver por cirugía laparoscópica, realizándose
un procedimiento de Hartmann o una colostomía descompresiva. La
tendencia actual es la resección primaria, abierta o laparoscópica.
1.4. Diverticulitis perforada sin contaminación fecal
En estos casos la exploración laparoscópica se completa
con aspiración y lavado de la cavidad, colocación de drenajes
e instauración de antibioterapia. Si existe contaminación
fecal de la cavidad, es obligada la conversión a cirugía
abierta convencional.
1.5. Apendicitis aguda
El beneficio en la apendicectomía laparoscópica esta fuera
de toda duda, sobre todo en mujeres jóvenes, en las que se pueden
evitar un 30% de operaciones innecesarias aplicando métodos laparoscópicos.
También es muy eficaz en pacientes obesos, en los que serán
necesarias grandes incisiones abdominales, así como en pacientes
con situaciones ectópicas del apéndice.
1.6. Colecistitis aguda
La colecistectomía laparoscópica por colecistitis aguda
se asocia a una incidencia de conversión superior a la de la colecistectomía
por colelitiasis simple, y también a un tiempo quirúrgico
más largo. Además, la realización de la técnica
en estos casos requiere experiencia para efectuar correctamente la identificación
del pedículo biliar, la mayor parte de las veces recubierto por
adherencias inflamatorias.
Es recomendable realizar en estos casos colangiografías peroperatorias
y debe efectuarse la conversión a cirugía abierta siempre
que la vía laparoscópica deje de ser segura.
Actualmente la mayoría de los cirujanos con experiencia en cirugía
laparoscópica preconizan esta vía para la colecistitis aguda,
ya que no plantea diferencias significativas con respecto a la cirugía
abierta en cuanto a duración del procedimiento, posibilidad de
realizar colangiografías peroperatorias y morbilidad y mortalidad,
y además aporta las ventajas de la laparoscopia.
2. LESIONES DE ÓRGANOS MACIZOS
2.1. Lesiones del bazo
La exploración laparoscópica descubre un importante hemoperitoneo
localizado preferentemente en el hipocondrio izquierdo y gotiera parieto-cólica
izquierda. Será necesaria la retirada del epiplon mayor de la celda
esplénica para tener acceso a esta zona y descubrir la potencial
lesión del bazo.
Podemos encontrar, además de un hemoperitoneo mínimo (fig.
7), una lesión superficial en forma de decapsulación del
bazo. Esto, unido a la estabilidad hemodinámica del paciente, nos
permite no realizar tratamiento quirúrgico de urgencia pudiendo
optar por una vigilancia evolutiva del paciente en las horas siguientes.
En los demás casos, y sobre todo con hemoperitoneo importante y
laceración del bazo, debe realizarse una esplenectomía.
2.2 Lesiones del hígado
La exploración laparoscópica estará indicada en casos
de estabilidad hemodinámica del paciente, ya que la existencia
de un hemoperitoneo severo obligará a una decisión quirúrgica
inmediata. Sin embargo, en algunos casos de lesiones superficiales del
hígado la exploración laparoscópica es de gran ayuda
en la valoración inicial. En unos casos esta lesión aparece
a nivel del ligamento falciforme o en las superficies superior o inferior
de ambos lóbulos hepáticos, que ayudados por instrumental
laparoscópico se pueden visualizar y descubrir. La compresión
o coagulación de la misma puede resolver el problema; la persistencia
de la hemorragia después de un tiempo prudencial de exploración
obligará a laparotomía.
3. TRAUMATISMO ABDOMINAL
3.1 Lesiones por arma de fuego
No existe indicación de exploración laparoscópica
en las lesiones abdominales por arma de fuego, donde la indicación
de laparotomía exploradora no debe demorarse.
3.2 Lesiones por arma blanca
En estos casos, si se decide efectuara una exploración laparoscópica,
puede realizarse el neumoperitoneo a través de la herida, lo que
facilita el diagnóstico diferencial entre herida penetrante o no
penetrante. La exploración de la cavidad en el primer caso puede
efectuarse con un palpador laparoscópico, que permite elevar o
movilizar las asas intestinales buscando hemorragia o signos de perforación.
(fig. 8)
CONTROVERSIA EN EL DIAGNOSTICO DEL ABDOMEN AGUDO
Los datos clínicos, test de laboratorio, pruebas radiológicas,
ecografías y tomografías computerizadas facilitan el diagnóstico
del abdomen agudo en la mayoría de los casos. Sin embargo en algunas
ocasiones no se logra el diagnostico exacto, y es aquí donde la
laparoscopia exploradora tiene una clara indicación para el diagnóstico
etiológico del abdomen agudo.
Dos situaciones que resultan significativas y sirven de ejemplo:
a. Mujeres jóvenes con dolor abdominal en el hemiabdomen
inferior, en las que sólo la exploración laparoscópica
puede hacer el diagnóstico diferencial entre apendicitis aguda,
embarazo ectópico o enfermedad inflamatoria pélvica.
b. Pacientes ancianos con poca sintomatología en la historia
clínica y en los que el diagnóstico etiológico de
abdomen agudo por ulcus péptico, diverticulitis o apendicitis aguda,
e isquemia mesentérica es difícil de realizar con los estudios
habituales.
La laparoscopia permite la visualización y exploración directa
de los órganos de la cavidad abdominal, tanto en la cirugía
programada como en la urgencia. Su valor práctico es la observación
directa de las lesiones que no se descubren por los test habituales, evitando
así la realización de laparotomías innecesarias en
la urgencia, que en algunos casos son "blancas", y en otros
consisten en lesiones de múltiples órganos o de pacientes
con alto riesgo. La realización de exploraciones costosas, como
la tomografía computerizada, no ha disminuido el numero de laparotomías
en blanco, que están sancionadas con aumento de la estancia hospitalaria,
mayor morbilidad y aumento de los costes.
La laparoscopia diagnóstica en la urgencia tiene un alto índice
de rendimiento porque en muchos casos puede ser terapéutica, actuando
sobre la causa del abdomen agudo sin necesidad de laparotomía.
Tiene un elevado índice de seguridad en manos de cirujano experto
en cirugía laparoscópica, y es una técnica más
dentro del arsenal diagnóstico y terapéutico puesto en manos
del cirujano.
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