CONCLUSIONES
En resumen, la linfadenectomía en el ADCE es necesaria para estadificar correctamente el ADCE y cuando se realiza deberá incluir las cadenas pélvicas y paraaórticas y obtener un número suficiente de ganglios como para asegurar el diagnóstico de afectación ganglionar. En principio, la vía laparoscópica es de elección por su menor morbilidad y similares efectos sobre el pronóstico que la cirugía laparotómica convencional. No existen estudios randomizados sobre el impacto pronóstico de la linfadenectomía, aunque se está a la espera de los resultados finales del ASTEC. Los estudios observacionales de cohortes retrospectivas (nivel evidencia III b, grado recomendación C) ofertan una evidencia confusa y contradictoria, aunque los que refieren disecciones ganglionares amplias apuntan hacia una mejora de la supervivencia. Según la evidencia disponible, la linfadenectomía es aconsejable en los ADCE de alto riesgo, aunque aún no existe evidencia consistente de que la linfadenectomía modifique la supervivencia de estas pacientes. Sin embargo, si hay datos que sugieren que una linfadenectomía negativa puede evitar la administración de la radioterapia externa, de mayor morbilidad que la propia linfadenectomía. Las nuevas evidencias asociadas al estudio de la biología molecular de los tumores podrán dar más luz a qué caso de ADCE beneficia más realizar la linfadenectomía.