INTRODUCCIÓN
La hernia incisional es una complicación común en la cirugía abdominal, y es a menudo una fuente de morbilidad y altos costos para la atención de la salud, que aparece en el 3-13 % de las laparotomías. Las tasas de recidivas después de la reparación primaria de las hernias ventrales van del 25 al 52 % (1,2), que pueden disminuir con la utilización de mallas, pero la amplia disección fascial y la creación de una solapa aumenta la tasa de complicaciones.
La reparación de los defectos de la pared abdominal ha propiciado la aparición de bastantes procedimientos quirúrgicos, muy mejorados con la incorporación de los modernos biomateriales, no existiendo en la actualidad ningún procedimiento que pueda considerarse como patrón de referencia en cirugía abierta (3). Los mejores resultados se han obtenido con la técnica de Rives Stoppa, que se realiza mediante la fijación de una prótesis de malla detrás de la fascia posterior del músculo recto (4).
El abordaje laparoscópico permite la colocación de una malla similar con el mínimo de disección, disminuyendo el riesgo de complicaciones locales, como la infección de la malla, posibilita la movilización precoz del enfermo y el régimen de corta estancia hospitalaria, y una rápida incorporación a la actividad habitual (3,5,6).