[INTRODUCCIÓN] [PACIENTES Y MÉTODOS] [RESULTADOS] [DISCUSIÓN] [REFERENCIAS]

RESULTADOS

Se han constatado 162 complicaciones en 2.154 pacientes (7.5%, Tabla IV). Si no incluimos las complicaciones intra-operatorias, tratadas durante la intervención, que no repercutieron en la evolución del paciente, el porcentaje descendió al 6,5%.
La mayoría de las complicaciones intra-operatorias tuvieron lugar durante la disección del triángulo de Calot o de la vesícula:

  • En 427 pacientes (19,9%) se abrió la vesicular con salida de bilis y/o cálculos a la cavidad. No hemos considerado este hecho como una complicación; en cualquier caso ninguna intervención fue reconvertida por este motivo.
  • 12 pacientes presentaron una hemorragia importante: 6 de ellos fueron tratados por vía laparoscópica y otros 6 necesitaron la conversión del abordaje para su tratamiento
  • Durante la cirugía se comprobó la lesión del conducto biliar común en 3 pacientes, todos ellos fueron tratados por laparotomía. En otros 6 pacientes se objetivó durante la laparoscopia la presencia de bilis en peritoneo sin una causa clara por lo que se decidió la conversión de la cirugía. Todos estos pacientes tenían un pequeño canalículo a nivel del lecho vesicular como origen de la fístula biliar.

Hemos observado pocas complicaciones originadas por la inserción de los trócares:

  • 2 pacientes tuvieron una hemorragia por lesión de la arteria epigástrica que fueron tratados con la sutura en bloque alrededor del trócar.
  • En un paciente se produjo una perforación de un asa de intestino delgado al introducir la aguja de Veress. Esta lesión fue suturada por laparotomía.
  • En ningún paciente se produjeron lesiones de grandes vasos.

Las complicaciones más graves se objetivaron en el periodo postoperatorio:

  • 18 pacientes presentaron hemorragia postoperatoria que requirió la re-intervención en 12 de ellos. Los 6 restantes fueron manejados conservadoramente con trasfusión de concentrados de hematíes (Tabla III).
  • En 4 casos se evidenció lesión de la vía biliar: 3 en el postoperatorio inmediato (con estenosis de la vía biliar principal) y otro a los dos meses de la cirugía (absceso hepático derecho por estenosis del conducto biliar derecho que requirió una hepatectomía derecha).
  • 7 pacientes desarrollaron fístula biliar postoperatoria; todos ellos fueron tratados mediante esfinterotomía endoscópica. En un caso el tratamiento no fue eficaz y requirió de una reparación quirúrgica.
  • 7 pacientes presentaron abscesos postoperatorios. En dos de ellos se encontraron cálculos biliares perdidos durante la cirugía.
  • Otras complicaciones menores fueron: hematoma de pared en 20 pacientes e infección de alguna de las heridas quirúrgicas en 9 pacientes.
  • 5 pacientes fueron reintervenidos por hernia umbilical post-operatoria y otros dos pacientes por hernias al nivel de la incisión de otros puntos (Tabla III).

Solamente en 15 pacientes la reconversión fue debida a complicaciones intraoperatorias que no pudieron ser controladas por vía laparoscópica: 6 hemorragias, 6 fístulas biliares, 2 lesiones de la vía biliar y una lesión intestinal.
No hemos observado diferencias en el índice de conversión del abordaje ni de complicaciones a lo largo de los años del estudio ni entre las intervenciones realizadas por residentes o por miembros del staff.
El índice de conversiones en la cirugía laparoscópica de la colecistitis aguda fue del 11.3% (39 pacientes). En todos los casos el motivo fue la inflamación y adherencias perivesiculares o la falta de visualización de referencias anatómicas, excepto en un paciente que presento una hemorragia de la arteria cística. En ningún caso hubo lesiones de la vía biliar ni éxitus postoperatorio.
La mortalidad global de la serie ha sido del 0,14% (tres pacientes). En dos pacientes las complicaciones que motivaron el fallecimiento fueron de etiología médica (embolismo pulmonar e infarto de miocardio). El tercer paciente falleció por una sepsis secundaria a una fístula biliar y a un absceso intra-abdominal en un varón cirrótico de 87 años.
El porcentaje de conversión del abordaje quirúrgico ha sido del 5,46% (117 pacientes, Tabla II). En la mayoría de las ocasiones la causa de la conversión fue la inflamación perivesicular o la falta de referencias anatómicas claras que impedían una disección segura.
Solamente en 15 pacientes la reconversión fue debida a complicaciones intraoperatorias que no pudieron ser controladas por vía laparoscópica: 6 hemorragias, 6 fístulas biliares, 2 lesiones de la vía biliar y una lesión intestinal.
No hemos observado diferencias en el índice de conversión del abordaje ni de complicaciones a lo largo de los años del estudio ni entre las intervenciones realizadas por residentes o por miembros del staff.

 



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