TÉCNICA
Paciente en posición de decúbito supino, no precisa
fijación en hombros puesto que no se hace Trendelenburg.
El cirujano se sitúa en el lado opuesto a la hernia que se
opera, la instrumentista al lado del cirujano junto a la extremidad
inferior del paciente. El ayudante se coloca frente al cirujano.
Se realiza un orificio en piel de unos 2 cm, en situación
paramediana infraumbilical, del lado de la hernia que se va a operar,
en este caso izquierdo. Apertura de la aponeurosis anterior del
recto izquierdo y siguiendo la línea media se introduce el
balón desinflado hasta tocar el pubis con el mismo. Se hincha
el balón con la pera hasta 25-30 manchadas, se puede introducir
el laparoscopio a través de la vaina que lleva el globo y
valorar detalles anatómicos, con frecuencia se puede ver
el Cooper y los vasos epigástricos (Fig. 1). En las hernias
directas, en muchas ocasiones, se reduce el saco herniario con esta
maniobra.
Tras desinflar el balón se coloca el trócar de Hasson,
fijándolo a la vaina anterior del recto y se introduce el
laparoscopio. Bajo visión directa se introducen los dos trócares
de 5 mm en línea media en situación suprapúbica
y en el punto medio entre la entrada de este trócar y la
del trócar de Hasson (Fig.2).
Con una pinza en cada vaina de 5 mm se inicia la disección,
en primer lugar visualizaremos el ligamento de Cooper, seguidamente
crearemos un espacio entre los vasos epigástricos y el cordón
espermático. Es importante dejar los vasos pegados a la pared
abdominal, para no lesionarlos y para seguir el plano correcto.
Se debe visualizar el músculo psoas llegando, en la disección,
externamente hasta la espina ilíaca anterosuperior. Una vez
hemos identificado el ligamento de Cooper, vasos epigástricos
y músculo psoas procedemos a separar las fibras del músculo
cremáster y disecamos el saco herniario, en el caso de tratarse
de una hernia indirecta (Fig. 3) (Fig. 4). La exploración
de un posible saco indirecto debe hacerse siempre, aunque se haya
reducido un saco herniario directo, para evitar su olvido y en consecuencia
la persistencia de la hernia.
La disección del saco indirecto se realiza mediante tracción
y contratracción con las pinzas, en ocasiones es conveniente
utilizar el cauterio para evitar la hemorragia de algún pequeño
vaso (Fig. 5). Hay que visualizar el conducto y los vasos espermáticos
para no lesionarlos (Fig. 6).
La malla se introduce a través de la vaina de Hasson con
una pinza. Es conveniente, si se utiliza una malla no anatómica
señalar con un punto de material reabsorbible de color oscuro
el extremo que se desea fijar al Cooper (Fig. 7).
Una vez introducida la malla y expandida se fija con 2-3 disparos
en Cooper y externamente justo por encima del tracto iliopúbico,
para evitar la lesión nerviosa (Fig. 8) (Fig. 9). El resto
de la malla se deja que se acople a la pared al desuflar el neumoperitoneo.
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Figura 1: Visión a través
del globo del ligamento de Cooper izquierdo.
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Figura 2: Campo hecho por el
globo. |
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Figura 3: Disección
del saco herniario.
Visualización del conducto deferente. |
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Figura 4: Disección del
saco herniario. Separación del saco del conducto
deferente. Visión del tracto iliopúbico a
través de la ventana creada.
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Figura 5: Sección
con cauterio de la fijación del extremo distal del
saco herniario. |
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Figura 6: Campo quirúrgico
después de la disección.
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Figura 7: Visión
del campo quirúrgico previo a la colocación
de la malla. |
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Figura 8: Colocación de
la malla. Fijación con sutura helicoidal.
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Figura
9: Malla colocada. Fijada a Cooper y externamente por
encima del tracto iliopúbico para evitar lesión
del nervio femorocutáneo. |
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