Sumario
Info SECLA
Inforevista
Editorial
Paso a Paso
Día a Día
Nuevas tecnologías
Rincón del Residente
Noticias
Cursos y Congresos
Cartas a Endosurgery
Revisiones Bibliográficas
Foro
Informe Encuesta
Videoteca
Indice de Artículos
 

 


powered by FreeFind
 

INTRODUCCIÓN

Partiendo del dicho de Hipócrates: “donde hay filantropía hay filotecnía”, reflexionamos sobre la revolución biotecnológica que ha tenido lugar en la segunda mitad del Siglo XX. El amor a la técnica tiene que venir sustentado por un amor a la humanidad. Esta revolución  está caracterizada por:

Figura 1
HIPÓCRATES
  1. Novedad imperiosa. Desde que el 25 de Abril de 1953 Watson y Crick propusieran el modelo molecular de la doble hélice del DNA los descubrimientos en Biología Molecular se ha ido sucediendo de tal manera que a los 50 años tenemos terminada la secuencia completa del genoma humano y de otros tantos genomas de diferentes especies desde bacterias a primates. (Puede verse: Ignacio Núñez de Castro, «Desde la Biotecnología a la Bioética» en Tecnociencia y cultura a comienzos del siglo XXI, José Mª Atienza y Antonio Diéguez, Eds. Universidad de Málaga, 2004)
  1. Relativa sencillez de las técnicas. Las técnicas de Biología Molecular son relativamente sencillas y de bajo coste, comparadas con las técnicas de la revolución nuclear que llenaron la primera mitad del Siglo XX.
  1. Implicaciones humanas. El ser humano ha pasado de ser el sujeto a ser el objeto de la manipulación. Una serie de técnicas tienen como objeto el ser humano en los confines de la vida: manipulación y selección de embriones, técnicas de diagnóstico pre-implantatorio, ingeniería genética, clonación terapéutica por transferencia nuclear, etcétera.
  1. Manipulación de ecosistemas. Los organismos genéticamente modificados nos pueden llevar a la  ruptura del equilibrio ecológico, mantenido sobre la biosfera desde que la vida comenzó hace aproximadamente 3.500 millones de años sobre nuestro planeta.
  1. Imprevisibilidad de los resultados. Podemos ser en alguna manera como el aprendiz de brujo. Tenemos la posibilidad de provocar cambios en la biosfera  que luego no podremos controlar.
  1. Repercusiones económicas y sociales. No cabe duda que unido al afán de conocer, propio del ser humano, la Biotecnología tiene por sí misma una fuerte implicación económica y hay una cierta carrera entre los países más desarrollados en dominar los mercados biotecnológicos.
Figura 1
CIENCIA Y CARIDAD. P. PICASSO

Todo ello una vez más nos llama a la responsabilidad considerando las consecuencias de la acción y más el médico que tiene en sus manos la salud del enfermo al que tiene que cuidar. Ya nos decía Hans Jonas que “cuidar es obrar responsablemente”, teniendo siempre presente la otra persona, su dignidad y su futuro.

Históricamente parece que la técnica se ha adelantado siempre a la reflexión humana, la filotecnía a la filantropía. Hegel en la Filosofía del Derecho afirmaba: “Cuando la Filosofía pinta el claroscuro, ya un aspecto de la vida ha envejecido y en la penumbra no se le puede rejuvenecer, sino sólo reconocer; el búho de Minerva inicia su vuelo al caer el crepúsculo”. Podríamos preguntarnos si ha ocurrido también con la Bioética que el búho de Minerva ha llegado tarde. El año 1970, el bioquímico del cáncer el Dr. V. R. Potter en Madison publicaba un artículo titulado “Bioethics: The Science of survival” en Perspective in Biology and Medicine (14, 120-153). Un año más tarde salía a la luz su famosa  monografía:  Bioethics:  A Bridge to the  Future.  El fin  de  la  obra según Potter, es: “Contribuir al futuro de la especie humana mediante la promoción de una nueva disciplina, la disciplina Bioética”. Disciplina que supone un enfoque interdisciplinar, puesto que en la Bioética están implicadas: la Biología, la Medicina, la Filosofía Moral, el Derecho y la Política. Para Potter la supervivencia de un futuro se reduce a una cuestión de Bioética. La ética tradicional se refiere a la interacción entre las personas, mientras que la Bioética implica la interacción entre las personas y sistemas biológicos y la interacción con el ecosistema total. En el Prefacio de su obra afirmaba: “Necesitamos de una Ética de la Tierra, de una Ética de vida salvaje, de una Ética de la población, de una Ética de consumo, de una Ética humana, de una Ética internacional, de una Ética geriátrica, etcétera. Todos estos problemas requieren acciones basadas en valores en hechos biológicos. Todos ellos incluyen la Bioética y la supervivencia del ecosistema total”.

Figura 1
Figura 1
VAN RENSSELAER POTTER

Casi simultáneamente a la obra de Potter el Dr. André Hellegers en Washington en la Universidad Georgetown, fundaba en 1971 el “Kennedy Institute for the Study of Human Reproduction and BIOETHICS”. Desde el principio podemos, pues, afirmar que hay un doble nacimiento de la Bioética con dos sesgos diferentes provenientes de las dos personalidades, Potter y Hellegers, a quienes consideramos sus fundadores. Una Bioética global, que sería la de Potter, concebida como una nueva disciplina para unir la ciencia y los valores humanos, un puente entre las dos culturas, con una visión ecológica y una Bioética médica que presta mayor atención a las relaciones médico enfermo, herencia de la tradición filosófica y cultural occidental (Hipócrates), con una visión más antropológica. Pero como afirma Daniell Callahan en la Encyclopedia of Bioethics es posible unir los dos enfoques: “La palabra Bioética acuñada, recientemente, ha pasado a significar más que un campo concreto conocido de la investigación humana en la interacción entre la Ética y las ciencias de la vida; es también una disciplina  académica, una fuerza política en la Medicina en la Biología y en los estudios del medio  ambiente; también significa una perspectiva cultural importante”.

Figura 1
Figura 1
UNIVERSIDAD DE GEORGETOWN
PROF. ANDRÉ HELLEGERS

 

Página desarrollada por Grupo Quator/Edicorp. Webmaster:[email protected]