Sumario
Info SECLA
Inforevista
Editorial
Paso a Paso
Día a Día
Nuevas tecnologías
Rincón del Residente
Noticias
Cursos y Congresos
Cartas a Endosurgery
Revisiones Bibliográficas
Foro
Informe Encuesta
Videoteca
Indice de Artículos
VII Congreso SECLA Valencia
 

 


powered by FreeFind
 
PRESENTE Y FUTURO DE LA CIRUGÍA DE LA OBESIDAD RAMOS CARRASCO, A. Hospital Clínico San Carlos. Madrid.

Profesor Javier MagriñáLa obesidad mórbida ha sufrido un incremento notable en su prevalencia y también en las complicaciones que genera la enfermedad. En los últimos años, la cirugía de la obesidad ha tenido un gran desarrollo paralelo a la enfermedad ya que su objetivo fundamental es conseguir una pérdida ponderal aceptable y curar o aliviar las comorbilidades. El tratamiento quirúrgico se indica a pacientes con obesidad mórbida, con un IMC por encima de 40 Kgrs/ m2 o bien superior a 35 Kgrs/m2 si existen comorbilidades graves o enfermedades asociadas que podrían poner en peligro su vida.
 
La cirugía bariátrica es el único tratamiento que se ha mostrado eficaz a largo plazo en la obesidad mórbida, mejorando la calidad de vida del paciente.
El incremento en el número de intervenciones ha dado lugar al aumento de la experiencia acumulada, los resultados son cada vez mejores, hay consenso internacional y también mayor información que hace unos años, lo que origina una mayor demanda de los pacientes para beneficiarse de la cirugía.
Todos estos condicionantes han dado lugar a diferentes cambios en las técnicas quirúrgicas, llegando a desaparecer algunas a expensas de la aparición o modificaciones de otras. El optimismo inicial de las técnicas puramente restrictivas (GVB, GVA, Banding, etc) dio paso a las diferentes técnicas míxtas (restrictivas-malabsortivas), logrando con ello pérdidas ponderales mantenidas a medio y largo plazo. Según las recomendaciones de la SECO se considera técnica ideal aquella que beneficia, a largo plazo, a más del 75% de los pacientes, con una morbilidad por debajo del 10% y una mortalidad menor del 1%.

Los avances clínicos, en general, tienden a provocar una menor morbilidad en el paciente. Al igual que ha ocurrido en otros campos, la cirugía bariatrica se ha beneficiado del desarrollo de nuevas tecnologías, con abordajes menos agresivos y actos quirúrgicos menos traumáticos. En sus inicios, todas la intervenciones de cirugía bariátrica eran realizadas por vía abierta hasta 1993 en que se realiza la primera intervención por vía laparoscópica: un bypass gástrico (Wittgrove y Clark).

Bien es verdad que para el desarrollo del abordaje minimamente invasivo han sido precisas la experiencia de los grupos en cirugía bariátrica abierta más una curva de aprendizaje laparoscópico. La Sociedad Americana de Cirugía Bariátrica recomendaba que la cirugía laparoscópica de la obesidad fuera realizada por cirujanos con experiencia en cirugía laparoscopia avanzada, familiarizados con la complejidad de todas las técnicas de cirugía bariátrica. Con los años, el abordaje laparoscópico se ha ido imponiendo a la cirugía abierta. Ambos abordajes tienen aspectos positivos (en laparoscopia, menor morbilidad de la herida, menos dolor, menos infecciones, menor estancia hospitalaria, más pronta recuperación de la actividad habitual, etc) y negativos (en laparoscopia hay mayor curva de aprendizaje, es más largo el acto quirúrgico, limitación de movimientos a través de los trocares, en la profundidad del campo, realización de suturas y anastomosis, mayor coste, etc). En cambio, no suele haber diferencias en los resultados en cuanto a datos antropométricos y comorbilidades.

Las limitaciones del abordaje laparoscopio han hecho que en los últimos años se buscaran otras alternativas técnicas. A partir del año 1998 la robótica empieza a formar parte de la cirugía de la obesidad, realizándose el primer banding gástrico (Cadiére-Himpens). Es a partir del año 2000, tras su aprobación por la FDA, cuando el robot Da Vinci se empieza a utilizar parcial o totalmente en la realización de actos quirúrgicos bariátricos, habiéndose publicado en los últimos años los resultados de varias series de casos.

Esta nueva vía de abordaje (laparoscópica con apoyo robótico) cuenta con una serie de ventajas (mayor rango de movimientos, mayor calidad de imagen, disección más fácil en sitios anatómicos difíciles, mejor ejecución de suturas, nudos y anastomosis manuales, curva de aprendizaje más corta) y de dificultades (campo visual más estrecho con dificultad para moverse de una zona del abdomen a otra, lo que obliga a frecuentes reposicionamientos de la óptica, ausencia de información táctil, costes elevados). Con el paso del tiempo y una mayor experiencia, muchas de las desventajas están siendo superadas, estamos más familiarizados con el manejo del robot, los tiempos intermedios son más cortos y los procedimientos complejos son realizados, parcialmente o en su totalidad mediante la cirugía laparoscópica–robótica. La cirugía bariátrica es técnicamente muy demandante y mediante apoyo robótico puede ser hecha sin modificar muchos de los pasos técnicos que habitualmente  realizamos en cirugía abierta o laparoscópica.

La experiencia adquirida a lo largo de los años en cirugía abierta y laparoscópica nos va a permitir continuar tratando al obeso mórbido y obtener beneficios de esta nueva tecnología que cada vez está más presente en nuestros hospitales.


 

Página desarrollada por Edicorp. Webmaster:[email protected]