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FF es una niña de siete años de edad que ha vivido, hasta pocas semanas antes de llegar a nuestro hospital, en un país del norte de África. Se trata de la tercera hija de una familia de inmigrantes que en su pueblo de origen eran los encargados de la limpieza de una pequeña explotación ganadera compuesta fundamentalmente por vacas.

Unas semanas antes de su ingreso comienza con distensión abdominal, vómitos y mal estado general. Tanto por su estado socio-sanitario como por los problemas culturales y de comunicación con la familia, es difícil averiguar si ha recibido vacunaciones o si ha padecido cuadros anteriores similares al actual.

La exploración muestra un abdomen globuloso, distendido y doloroso, donde no pueden palparse masas. La analítica sanguínea revela una gran leucocitosis con signos de regeneración medular y anemia severa. La reacción cutánea de Mantoux es negativa.

Ni la radiología simple ni la ecografía aportan datos significativos, salvo que la paciente no está en obstrucción intestinal. La radiografía de tórax es normal.

Fotos TAC

TAC 1, 2, 3 y 4.- La tomografía computerizada abdominal muestra una proliferación de masas de diferentes tamaños, que oscilan entre unos pocos milímetros y varios centímetros de diámetro y que ocupan todos los espacios y órganos intraperitoneales.

Para poder llegar a un diagnóstico de certeza que facilite el tratamiento se propone la obtención de biopsias de alguna lesión, lo que se realiza por laparoscopia, utilizando una pequeña óptica de 4 mm de diámetro.

Fig. 1. En visión laparoscópica se ve todo el peritoneo recubierto por formaciones redondeadas proliferativas con aspecto macroscópico de granulomas.

Fig. 2. Una moderada cantidad de líquido peritoneal seroso ocupa el fondo de saco de Douglas.

Fig. 3. Los órganos de la pelvis menor se reconocen con dificultad. La vejiga urinaria ha perdido su contorno y el útero y las trompas son indistinguibles.
Fig. 4. Algunos de estos granulomas son de un tamaño mayor, como este situado en la zona teórica del ovario izquierdo.

Fig. 5. Obtenemos material hístico para biopsia de alguna de estas formaciones.

Fig. 6. Ante los evidentes signos de necrosis de los tejidos tomamos otra biopsia en el lado derecho.
Fig. 7.

Fig. 8.

Fig. 7, 8, 9. También se toman muestras del peritoneo que cubre la pared abdominal y que en el scanner muestra abundante presencia de estas formaciones.
Fig. 9.

Fig. 10.

Fig. 11.

Fig. 10, 11, 12. A través de esta laparoscopia no fue posible identificar otros órganos. Apenas se vislumbraron algunas asas intestinales también afectadas, pero en ningún momento se vio ni hígado ni bazo, englobados por la gran cantidad de intestino y epiplon inflamados. Dado que el objetivo de la toma de biopsias estaba cumplido, no realizamos ninguna otra maniobra exploratoria.
Fig. 12.


Comentario

El estudio anatomopatológico reveló que se trataba de una tuberculosis peritoneal con presencia múltiple y diseminada de granulomas tuberculosos típicos.

La afectación localizada en peritoneo, sin evidencia radiológica ni bacilar de TBC pulmonar y con inmunidad competente, es una forma de presentación de esta enfermedad rara en nuestro país en el momento actual, pero no infrecuente y conocida en situaciones sanitarias precarias. La ingesta continuada de leche procedente de vacas tuberculosas es sin duda el origen de esta afección que por otra parte respondió bien al tratamiento tuberculostático convencional con desaparición de la clínica y la dilatación del abdomen y normalizando a los seis meses de tratamiento la imagen radiológica.

La afluencia a nuestro país de personas procedentes de áreas sanitariamente menos desarrolladas, nos trae a nuestros hospitales lesiones y enfermedades que parecían erradicadas u olvidadas.


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