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DISCUSIÓN
Los aneurismas de las arterias viscerales más comunes son los de la arteria esplénica (60%). Se descubren en raras ocasiones (1,6-10,6%), pero tienen un riesgo de mortalidad del 36% en caso de ruptura (2% de los casos). Las opciones terapéuticas son: cirugía abierta clásica, cirugía laparoscópica o tratamiento endovascular. Se han establecido criterios clínicos y anatómicos para indicar el tratamiento de forma programada o urgente. En el primer grupo: mujeres jóvenes fértiles, aneurismas con diámetro ≥2 cm o en rápido crecimiento; en el segundo grupo: casos sintomáticos con dolor abdominal, inestabilidad hemodinámica o shock.
El tratamiento de los SAAs todavía es controvertido. La reparación laparoscópica parece ser una técnica optima y útil para los aneurismas que protruyen del páncreas y está ganando interés porque la recuperación clínica es rápida con poca morbilidad y ventajas económicas y cosméticas. La embolización transcatéter también ofrece un control temporal de la hemorragia en la urgencia y permite diferir la cirugía definitiva. Las intervenciones endovasculares como la embolización percutánea han ganado popularidad recientemente: ofrecen una alternativa segura o un tratamiento adyuvante a la cirugía tradicional (3). Chiesa et al. creen que el tratamiento quirúrgico agresivo está justificado, incluso en presencia de aneurismas arteriales viscerales asintomáticos, debido a la baja incidencia de morbimortalidad; para estos autores el tratamiento endovascular debe reservarse para casos seleccionados (1). Lagana et al., en cambio, consideran que el tratamiento endovascular es factible en casi todos los SAAs; asegura buenos resultados inmediatos y a largo plazo y sin duda tiene ventajas en relación con el tratamiento quirúrgico. Además es menos invasivo y permite preservar la función esplénica (4). En la presente revisión de la literatura, hasta la fecha, no hemos identificado casos de SAAs tratados con técnica combinada laparoscópica y robótica (CLRT).