REVISION BIBLIOGRAFICA AMERICAN JOUNAL OF SURGERY
MAYO JUNIO 2004
MAYO
Eath Smith, Gregory Luna; Merg Anders R.; Mcnevin M. Shane; Moore Michael R. and Bax Timothy W. Laparoscopic splenectomy for treatment of splenomegaly. Am J Surg 2004; 187 (5) 618-620
http://dx.doi.org/10.1016/j.amjsurg.2004.01.016
Estudio comparativo sobre la esplenectomía laparoscópica/asistida con la mano .La esplenectomía laparoscópica representa una gran ventaja sobre la esplenectomía abierta respecto a una menor estancia hospitalaria, menor pérdida sanguínea así como menores complicaciones pre, per y postoperatorias considerando la esplenomegalia gigante como contraindicación para laparoscopia, siempre cirujano dependiente. Se trata de una revisión de pacientes postoperados de esplenectomía laparoscópica por esplenomegalia entre 2000 y 2003 realizado por un sólo cirujano en tres hospitales comunitarios revisando los datos demográficos, los datos pre, per y postoperatorios. En los diagnósticos preoperatorios fueron incluidos linfoma de células B, anemia hemolítica, y leucemia linfática crónica.
Los resultados de los siete pacientes operados por esplenomegalia con esplenectomía laparoscópica y asistida con la mano fueron los siguientes : peso esplénico entre 410 a 3100 gr, tiempo operatorio medio de 86.6 minutos, pérdida sanguínea de 50 a 350 ml, estancia hospitalaria de 4.4 días, y dos complicaciones postoperatorias, una sangría postoperatoria, y una dehiscencia superficial de herida quirúrgica. Las conclusiones son que tanto la esplenectomía laparoscópica como asistida con la mano se trata de métodos efectivos para el tratamiento de la esplenomegalia.
Robert W. O; Rourke, Nicole N. Lee; Jun Cheng; Lee L. Swanstrom and Paul D. Hansen.
Laparoscopic biliary reconstruction. Am J Surg 2004; 187 (5) 621-624.
http://dx.doi.org/10.1016/j.amjsurg.2004.01.006
Estudio retrospectivo respecto a métodos reconstructivos en cirugías biliares loaparoscópicas en el Legance Health System de 1998 a 2003. Se trata de siete pacientes que experimentaron reconstrucción biliar laparoscópica cuyas indicaciones fueron enfermedad litiásica benigna en cuatro pacientes, estenosis benigna en un paciente, quiste coledocal en un paciente y estenosis neoplásica maligna en un paciente. Las cirugías realizadas incluyeron coledocoduodenostomía, hepaticoyeyunostomía, estricturoplastia, excisión quística coledocal con hepaticoyeyunostomía,y coledocoyeyunostomía. El tiempo operatorio medio fue de 300 minuros, una estancia hospitalaria de 4 días, una obstrucción intestinal como complicación postoperatoria que requirió reintervención; siendo el seguimiento de 15 meses, y una mortalidad de un paciente a los 8 meses de la crugía por la neoplasia metastásica, estando el resto de los pacientes libre de enfermedad sin signos de estenosis biliar.
Como conclusión la reconstruccción biliar laparoscópica representa un tratamieno viable en casos seleccionados.
JUNIO
Myriam J. Curet. Port site metastases. Am J Surg 2004; 187 (6) 673-819..
http://dx.doi.org/10.1016/j.amjsurg.2003.10.015
Revisión en la literatura médica, a través de Medline, de artículos que hablan de las metástasis en las puertas de los trócares, después de una cirugía oncológica por laparoscopia. Se han revisado más de 100 artículos en inglés de 15 años de antigüedad, considerando la historia, incidencia, etiología y prevención de las metástasis. Durante la revisión se ve un descenso, desde más del 21% de incidencia, hasta igualarse al de cirugía abierta. También se han revisado múltiples efectos etiológicos incluyendo la contaminación directa, técnica quirúrgica, efectos del CO2 y efectos en la inmunosupresión, junto con múltiples medidas preventivas. Finalmente se concluye que la etiología no está aclarada y que se han de tomar todas la medidas posibles para prevenirlas.
Jiann-Ming Wu, I-Rue Lai, Ray-Hwang Yuan and Sen-Chang Yu. Laparoscopic splenectomy for idiopathic thrombocytopenic purpura- Am J Surg 2004; 187 (6) 720-723.
http://dx.doi.org/10.1016/j.amjsurg.2003.11.032
Estudio retrospectivo de 67 pacientes esplenectomizados por laparoscopia, entre Mayo de 1997 y Diciembre de 2002, por una Púrpura Trombocitopénica Idiopática (PTI). Los resultados fueron satisfactorios en todos los pacientes, no hubo mortalidad y sólo se encontraron un 5% de complicaciones (3 pacientes), en un seguimiento a 2 años aproximadamente. También se observó un descenso del tiempo quirúrgico medio en los últimos 26 casos. La respuesta a la cirugía fue de un 83% de remisión inicial de la PTI y un 74% de remisión total. Además y como conclusión se observó que un valor predictivo positivo era que el recuento de plaquetas postquirúrgico inmediato y postoperatorio debía de estar por encima de 100.000/l.
James Majeski. Laparoscopic cholecystectomy in geriatric patients. - Am J Surg 2004; 187 (6) 747-750.
http://dx.doi.org/10.1016/j.amjsurg.2003.11.031
Los autores de esta comunicación discuten sobre la publicación en artículos en los que se habla de un elevado número de reconversiones, complicaciones y mortalidad, en pacientes de más de 65 años a los que se les ha realizado una colecistectomía por vía laparoscópica. Para ello extraen, de una serie de 248 pacientes en 12 años, a 82 pacientes por encima de los 65 años, los cuales son distribuidos en 3 grupos (de 65 a 74 años, de 75 años 84 y de 85 a 95 años). Los resultados que obtienen son una tasa de reconversión igual a la de la serie total, con una mortalidad de 2 casos. Finalmente recomiendan la laparoscopia en pacientes de más de 65 años, con colelitiasis sintomática y antes que desarrollen una colecistitis aguda o fibrosis por colecistitis crónica.
Bibliografía revisada por los doctores Cristina Álvarez Segurado y Xavier Molina Romero. Servicio de Cirugía General y Digestiva. Hospital Universitario Son Dureta. Palma de Mallorca.
Dempsey DT, Delano M, Bradley K, Kolff J, Fisher C, Caroline D, Gaughan J, Meilahn JE, Daly JM. Laparoscopic esophagomyotomy for achalasia: does anterior hemifundoplication affect clinical outcome? 1: Ann Surg. 2004 Jun;239(6):779-85; discussion 785-7.
Department of Surgery, Temple University School of Medicine, Philadelphia, Pennsylavania, USA. [email protected]
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/entrez/query.fcgi?cmd=Retrieve&db=
pubmed&dopt=Abstract&list_uids=15166957
OBJECTIVE: To determine whether the addition of anterior hemifundoplication to
laparoscopic esophagomyotomy for achalasia yields better clinical outcomes than
laparoscopic esophagomyotomy alone.
SUMMARY BACKGROUND DATA: Although hemifundoplication may prevent gastroesophageal reflux after esophagomyotomy for achalasia, it may also lead to persistent dysphagia in these patients with esophageal aperistalsis.
METHODS: This is a retrospective study of 51 consecutive patients (mean age 47.5 +/- 12.6 years) who had laparoscopic esophagomyotomy for achalasia by our group between August 1995 and January 2001. In 29 patients (57%) an anterior hemifundoplication was added to the esophagomyotomy. In 22 patients (43%), no wrap was added. Patients scored (0 =none; 1 = mild; 2 = moderate; 3 = severe) symptom severity (dysphagia, regurgitation, heartburn, chest pain) preoperatively and postoperatively. Weight gain, use of gastrointestinal (GI) medication, tolerance to food, and patient satisfaction were also assessed.
RESULTS: Mean patient follow-up was 33 months, and there were no operative deaths. Four patients were converted to open operation (8%). The wrap and no wrap groups were similar in terms of esophageal dilation, preoperative symptom severity and duration (5.7 +/- 7.1 versus 6.1 +/- 7.0 years), and preoperative weight loss (18 +/- 15 versus 20 +/- 20 pounds). Both groups had similar improvement in symptom grade postoperatively and equivalent satisfaction rates (86%). Postoperative weight gain, GI medication use, and food intolerance was also similar. Postoperatively, patients in the wrap group did not have higher dysphagia scores or lower heartburn scores than
the no wrap group.
CONCLUSION: The addition of anterior hemifundoplication to esophagomyotomy for achalasia does not improve or worsen clinical results.
Nealon WH, Bawduniak J, Walser EM. Appropriate timing of cholecystectomy in patients who present with moderate to severe gallstone-associated acute pancreatitis with peripancreatic fluid collections 2: Ann Surg. 2004 Jun;239(6):741-9; discussion 749-51.
Department of Surgery, University of Texas Medical Branch, Galveston, TX, USA.
[email protected]
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/entrez/query.fcgi?cmd=Retrieve&db=
PubMed&list_uids=15166953&dopt=Abstract
SUMMARY BACKGROUND DATA: Standard management of gallstone-associated acute pancreatitis calls for cholecystectomy to be performed during the same hospitalization after acute symptoms have subsided. However, infectious complications are common when cholecystectomy is performed sooner than 3 weeks after severe acute pancreatitis. Fluid collections, common in patients with moderate to severe acute pancreatitis, are additionally problematic. No previous study has examined the role of peripancreatic fluid collections and subsequent pseudocyst in outcomes after cholecystectomy in these patients.
OBJECTIVES: We compare results of delaying cholecystectomy after moderate to severe acute pancreatitis with early cholecystectomy.
METHODS: Since 1987, all patients with moderate to severe gallstone-associated acute pancreatitis and associated fluid collections were addressed. Moderate to severe acute pancreatitis was defined as > 5 Ranson prognostic indicators. Fluid collection was established by computed tomography (CT) scan. Patients were evaluated for duration of hospitalization, complications of cholecystectomy, resolution or persistence of pseudocysts, nonoperative interventions performed on pseudocysts, intercurrent episodes of acute pancreatitis during the monitoring period, episodes of sepsis, and
mortality.
RESULTS: A total of 187 patients with moderate to severe gallstone-associated acute pancreatitis survived their acute stage; 151 had peripancreatic fluid collections. Seventy-eight of the 187 had early cholecystectomy, 62 of whom had fluid collections; 109 were monitored before cholecystectomy, 89 of whom had fluid collections. Fluid collections resolved without intervention in 36 (40%) of 89 in the monitored group and in 13 (21%) of 62 in the early cholecystectomy group. Percutaneous drainage was performed in 16 (18%) of 89 in the monitored group and in 31 (50%) of 62 in the early cholecystectomy group. Sepsis occurred in 6 (7%) of 89 in the monitored group and 29 (47%) of 62 in the early cholecystectomy group. Complications of cholecystectomy occurred in 6 (5.5%) of 109 of the monitored patients and in 34 (44%) of 78 in the early cholecystectomy group. Fifty-three patients in the monitored group and 49 patients in the early cholecystectomy group required operative pseudocyst-enterostomy. This procedure was combined with cholecystectomy in the monitored patients. Mean hospitalization was longer in the early operation group.
CONCLUSION: Cholecystectomy should be delayed in patients who survive an episode of moderate to severe acute biliary pancreatitis and demonstrate peripancreatic fluid collections or pseudocysts until the pseudocysts either resolve or persist beyond 6 weeks, at which time pseudocyst drainage can safely be combined with holecystectomy.
J. Moreno Sierra, J.L. Senovilla Pérez*
Servicio de Urología
Hospital Universitario San Carlos (Madrid)
*Servicio de Urología
Hospital General Mancha-Centro
Alcázar de San Juan (Ciudad Real)
Nefrectomía radical laparoscópica en cáncer renal T1: ¿el gold standard?. Comparación entre nefrectomía abierta y laparoscópica.
A. Makhoul, A. De La Taille, D. Vordos, L. Salomón, P. Sebe, J.F Audet, L. Ruiz, A. Hoznek, P. Antiphon, A. Cicco, R. Yiou, D. Chopin and C.C. Abbou.
Department of Urology, CHU Henri Mondor, Assistance Publique des Hôpitaux de Paris, Créteil, France.
BJU Int. 2004 Jan;93(1):67-70.
En este artículo los autores evalúan las complicaciones y seguimiento clínico en dos grupos de pacientes portadores de cáncer renal estadio T1 (según la TNM de 1997) tratados quirúrgicamente, unos con abordaje laparoscópico retroperitoneal y otros con cirugía convencional. Entre agosto de 1995 y diciembre de 2002, realizaron 65 nefrectomías radicales consecutivas, de las cuales 39 se abordaron por vía laparoscópica retroperitoneal y 26 por vía abierta. Todas ellas secundarias a tumores renales en estadio T1 (estadificación realizada mediante tomografía axial computerizada). La intervención se realizó siempre por el mismo equipo cuando la vía de abordaje era la laparoscopia, mientras que si era abierta el abanico de cirujanos que realizó la intervención se repartió entre todos los estamentos del Servicio. No se planteó realizar nefrectomía parcial ya que los tumores eran de más de 5 cm o su localización desaconsejaba dicho tratamiento. Al paciente se le proponían las dos alternativas, y en último caso era él quien decidía el abordaje que prefería. No se apreciaron diferencias significativas entre el grupo de pacientes intervenidos por laparoscopia y abiertos en cuanto a edad, sexo, peso, altura, estado de salud, duración de la intervención (134 frente a 133 minutos), complicaciones mayores y menores, diámetro del tumor, grado de Fuhrman o duración del seguimiento. En los pacientes intervenidos mediante laparoscopia se apreció menor pérdida de sangre (133 frente a 357 ml), menores necesidades de transfusión sanguínea (ninguno en esta serie frente a 150 ml de media), menor necesidad de drogas analgésicas y tiempo de hospitalización más corto (5.5 frente a 8.8 días). Tras un seguimiento medio de 20.4 meses, no se detectaron recurrencias en ninguno de los dos grupos.
A la vista de éstos resultados, los autores concluyen que la nefrectomía radical por vía laparoscópica en pacientes afectos de cáncer renal en estadio T1 es un procedimiento seguro con el que se consigue disminuir la estancia media, la hemorragia peroperatoria y que ofrece el mismo control de la enfermedad que la cirugía abierta.
Resultados a largo plazo de la linfadenectomía retroperitoneal laparoscópica: diez años de experiencia en un único centro.
Hannes Steiner, Reinhard Peschel, Günter Janetschek, Lorenz Höltl, Andreas P. Berger, Georg Bartsch, and Alfred Hobisch.
Department of Urology, University of Innsbruck, Innsbruck; Department of Urology, Elisabethinen Hospital, Linz; and Department of Urology. General Hospital of Feldkirch, Feldkirch, Austria.
Urology 63: 550-555, 2004.
El objetivo del trabajo es evaluar la viabilidad, morbilidad y eficacia oncologica en el seguimiento de la linfadenectomía retroperitoneal laparoscópica de pacientes con tumor de células germinales no seminomatoso. Se realizaron 188 procedimientos de linfadenectomía retroperitoneal laparoscópica en 185 pacientes. 114 se realizaron para obtener un estadio patologico en tumores de células germinales no seminomatosos previamente a la quimioterapia y 6 por tumor con marcadores negativos y enfermedad en estadio clínico IIA. Se administró quimioterapia adyuvante basada en cisplatino en los casos en que se objetivaron ganglios linfáticos positivos. Se realizó linfadenectomía retroperitoneal laparoscópica para los pacientes en estadio retroperitoneal IIA (diez pacientes), IIB (43 pacientes), y IIC (en 15 pacientes), tras la quimioterapia. La duración media de la intervención fue de 256 minutos para el estadio I y 243 minutos para el estadio II. La tasa de reconversión fue de 2.6 %. La pérdida media de sangre fue de 159 cc en pacientes con estadio I y 78 cc en aquellos con estadio II. Se identificó tumor activo en 19.5% de los pacientes en estadio I y en el 50% de pacientes con marcadores tumorales negativos en estadio clínico IIA. Tras la quimioterapia, se identificó tumor activo en un paciente en estadio IIC y teratoma maduro en el 38.2 % de los pacientes. La estancia media postoperatoria para los pacientes en estadio I y II fue de 4.1 y 3.7 días respectivamente. La eyaculación se preservó en el 98.4 % de los pacientes. La media de seguimiento fue de 53.7 meses para los pacientes en estadio I y 57.6 meses para aquellos en estadio II. Solo 6 pacientes han sufrido recaída, y ninguno murió por progresión de la enfermedad. Por tanto, concluyen los autores que la tasa de control de la enfermedad y de diagnóstico de certeza es igual con cirugía abierta convencional que con linfadenectomía retroperitoneal laparoscópica y que la morbilidad es significativamente menor. Sin embargo la linfadenectomía retroperitoneal laparoscópica para estadio I y bajo volumen retroperitoneal en estadio II debe ser realizado en centros con experiencia en laparoscopia urológica y oncología.
Implante tumoral en laparoscopia urologica: estudio internacional.
Micali S, Celia A, Bove P, De Stefani S, Sighinolfi MC, Kavoussi LR, Bianchi G. Department of Urology, University of Modena e Reggio Emilia, Modena, Italy. J Urol. 2004 Jun; 171 (6Pt1): 2151-2154.
En los últimos diez años la laparoscopia se ha aplicado al tratamiento de enfermedades urológicas cada vez más variadas, que incluye también, en estos momentos, el tratamiento de la oncología urológica. Debido a esto ha aumentado la preocupación por la posibilidad de diseminación peritoneal y de implantación de la enfermedad en los puertos de entrada de los trocares. Bajo esta perspectiva, los autores de este artículo contactaron con un total de 50 departamentos de urología de distintos países con experiencia en laparoscopia urológica para la realización de este estudio. A cada centro se le envió un cuestionario completo en el que se valoraba el volumen de procedimientos urológicos laparoscópicos realizados y la recurrencia en los lugares de entrada de los trócares. Se eligieron diecinueve centros para participar en el estudio. Se revisaron un total de 18.750 procedimientos laparoscópicos, de ellos 10.912 fueron realizados por procesos cancerosos. Estos incluyeron 2.604 nefrectomías radicales, 559 nefroureterectomias, 555 nefrectomías parciales, 27 ureterectomías segmentarias, 3.665 prostatectomías radicales, 1.869 linfadenectomías pélvicas, 479 linfadenectomías retroperitoneales, 336 adrenalectomías y 108 que se recogieron bajo el epígrafe otros procedimientos. Se informaron 13 casos de implantes tumorales (0,1%), en los que la intervención realizada fue: 3 nefroureterectomías por carcinoma de células transicionales, 4 nefrectomías (con carcinoma incidental de células transicionales), 4 adrenalectomías por tumor metastásico, una linfadenectomía retroperitoneal por cáncer testicular y una linfadenectomía pélvica por cáncer de pene. Se identificaron implantes en los puertos de entrada de los trócares en 10 casos (0.09%) y siembra peritoneal en 3 casos (0.03%). Del trabajo se desprende que la incidencia de siembra tumoral tras la cirugía oncológica laparoscópica es rara y su incidencia no es mayor que la documentada en series históricas de cirugía convencional. La diseminación tumoral parece que es más frecuente en la exéresis de tumores de alto grado y cuando no se respetan los principios quirúrgicos oncológicos.
Adquisición de destreza clínica para la realización de nefrectomía de donante por laparoscopia mano-asistida.
Hollenbeck BK, Seifman BD, Wof JS Jr. Departament of Urology, University of Michigan, Ann Arbor, 48109, USA. J Urol. 2004 Jan; 171(1): 35-39.
La curva de aprendizaje asociada a la cirugía laparoscópica se relaciona con un aumento de riesgo quirúrgico para el paciente, y en el caso del donante de riñón, este incremento es inaceptable. Los autores caracterizan la curva de aprendizaje para la laparoscopia mano-asistida en el donante de riñón en el contexto de un programa de formación urológico, y establecen el volumen de casos que representan el umbral a partir del que mejora la habilidad en la realización de la laparoscopia. En el estudio se incluyeron 245 casos de laparoscopia consecutivos, de los que 111 fueron nefrectomías en donante, realizadas en un periodo de dos años y medio para caracterizar varios niveles de experiencia. La información de la participación de los residentes en cada caso fue realizada por un único cirujano y recogida de forma prospectiva. La valoración de los resultados incluyeron el tiempo operatorio, pérdida sanguínea y complicaciones intraoperatorias. De las 111 nefrectomías de donante por laparoscopia mano-asistida, los residentes realizaron el 47 %. La duración de la intervención resultó ser una medida fiable de la experiencia quirúrgica del cirujano. El aumento de ésta se valoró mediante varios parámetros, pero se asoció de forma significativa con la disminución del tiempo quirúrgico (p<0.02). Las mejoras en la habilidad quirúrgica comenzaron a ser evidentes tras haber participado en 13 intervenciones como ayudante (p= 0.007) o realizado como cirujano al menos 6 nefrectomias laparoscópicas manoasistidas de donante (p=0.02). La tasa de conversión (2%) y de complicaciones intraoperatorias (3%) fueron bajas. La habilidad para realizar este tipo de intervención puede adquirirse y enseñarse en el contexto de un programa de formación urológica, independientemente del nivel quirúrgico de los residentes. Los autores apreciaron que la mejoría en la habilidad laparoscópica puede ser calibrada mediante el tiempo operatorio. Con estos hallazgos, sientan las bases de las expectavias que deben tenerse en cuanto a la adquisición de habilidad en laparoscopia en el contexto de un programa de residencia.
Tratamiento de la estenosis ureteral experimental mediante ureterotomía endourológica e implantación de stents en un modelo animal porcino.
Soria F, Sun F, Sánchez FM, Ezquerra LJ, Diaz-Guemes I, Uson J.Departamento de endoscopia. Centro de Cirugía Mínimamente Invasiva. Cáceres. España. Res Vet Sci. 2004 Feb; 76(1): 69-75.
El objetivo de este estudio fue evaluar la dilatación usando endoureterotomía y doble j ureteral en el tratamiento de la estenosis ureteral inducida experimentalmente en un modelo animal porcino. Este es un nuevo tratamiento para la resolución de estenosis ureterales en urología veterinaria. Pese a no ser una patología frecuente puede ser consecuencia de ureteritis y de lesiones iatrogénicas en cirugía ginecológica. Este estudio experimental se diseñó en tres fases: inducción de estenosis experimental, diagnóstico y tratamiento de la estenosis y seguimiento de la misma. Se utilizaron 10 cerdas blancas adultas sanas como modelo animal. El diámetro ureteral interno fue medido, antes de la inducción de la estenosis mediante ligadura laparoscópica, usando una ureteropielografía retrógrada. La estenosis experimental fue diagnosticada 4 semanas después de la intervención usando ecografía y ureteropielografía retrógrada y tratada mediante endoureterotomía y posterior colocación de doble j ureteral que se retiró a las 6 semanas. El estudio finalizó 4 semanas después de medir el diámetro ureteral usando pielografía retrógrada y ecografía. Excepto en un caso, todos los uréteres mostraron una dilatación permanente del área estenótica 10 semanas después de realizado el tratamiento. Los autores concluyen que esta técnica parece ser efectiva en casos de estenosis cortas e intermedias y puede representar una alternativa viable a la cirugía convencional.
Cistectomía radical laparoscópica con derivación urinaria. Moinzadeh A, Gill IS.
Section of Laparoscopic and Minimally Invasive Surgery, Glickman Urological Institute, Cleveland Clinic Foundation, 9500 Euclid Avenue, Cleveland, OH 44195, USA. Curr Opin Urol. 2004 Mar; 14(2): 83-87.
El abordaje laparoscópico en urología es una opción actualmente aceptada para la cirugía renal, adrenal, y prostática. Los autores revisan la experiencia actual existente en cistectomía radical laparoscópica para identificar el papel que ocupa en la cirugía oncológica vesical. Técnicas eminentemente laparoscópicas se han empleado para la realización de cistectomía radical en diversos centros. Sin embargo para la realización de la derivación urinaria se han empleado varios métodos tanto intra como extracorpóreos. La experiencia a nivel mundial en estas técnicas va poco a poco aumentando, habiendo sido descritos hasta el momento alrededor de 150 casos. Con el aumento gradual de la experiencia en la realización de la cistectomía radical laparoscópica y los continuos refinamientos en la técnica hace que esta intervención esté empezando a ser realizada en muchos centros en el mundo. Es necesario estudiar los resultados a largo plazo en cuanto a control oncológico y funcional para determinar cual es el papel de la laparoscopia en pacientes afectos de cáncer vesical.
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