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LOS PRIMEROS PROCEDIMIENTOS QUIRÚRGICOS LAPAROSCÓPICOS


Kurst Semm, un ginecólogo de Kiev, descubre el insuflador automático, y diseña, además, un gran número de instrumentos de corte, coagulación, ligadura y sutura para poder llevar a cabo esta cirugía, de la que ya en 1966 describe procedimientos quirúrgicos reglados y bien elaborados por lo que se le considera el “Padre de la Laparoscopia”. Desde este momento la laparoscopia entra de lleno en el campo de la cirugía ginecológica7. En 1974, Hasson diseña su trócar sin punta cortante.
En 1987, el francés Phillipe Mouret presenta en Lyon el primer vídeo sobre la extirpación laparoscópica de la vesícula biliar8 Dos años más tarde su paisano Dubois publica en Presse Medical9 su experiencia inicial y los americanos Reddick y Olsen, lo hacen en un trabajo aparecido en Surgery Endoscopy, en el que comparan la técnica laparoscópica en 200 colecistectomías con la cirugía convencional y exponen las evidentes ventajas y excelentes resultados obtenidos con la laparoscopia con lo que desatan el interés de todos los cirujanos generales por este método quirúrgico10.
El auge que adquiere la cirugía laparoscópica en manos de los ginecólogos a partir de los años setenta y de los cirujanos generales desde los ochenta hace que los urólogos vuelvan la vista a este procedimiento de intervención quirúrgica, del que la Urología por carecer de un órgano de fácil acceso y asequible para la mayoría, postergó su avance y desarrollo. Los primeros intentos de cirugía urológica laparoscópica comenzaron con la intención de abordar el riñón por vía retroperitoneal al considerarlo como la vía más apropiada, así, en 1969, M. Bartel realiza una retroperitoneoscopia en un cerdo pero no logra abrir un espacio suficiente de trabajo11, otros autores como Witmorser, Sommerkemp, Ramussen y Wurtz, realizan a lo largo de los años setenta intentos similares sin éxito. En 1983 Wickham logra mediante la insuflación de CO2 distender el retroperitoneo y puede realizar una ureterolisis12. Weimberg y Smith en 1988, intentan extirpar el riñón de un animal de experimentación, por vía percutánea retroperitoneal laparoscópica, previa embolización de la arteria y vena renal13. Tras los primeros fracasos en el abordaje retroperitoneal, Gaur logra, en 1992, con la ayuda de un globo neumático que insufla, efectuar una disección atraumática del espacio retroperitoneal lo que hace accesible la vía a través de la que logra realizar una nefrectomía, seguida mas adelante de una pielotomía y una pieloplastia14-15, gracias a esta innovación la disección retroperitoneal se facilita y se convierte en la puerta de entrada a numerosos procedimientos de abordaje retroperitoneal. Kavoussi describe un caso de ureterolisis por fibrosis retroperitoneal16 y Raboy una ureterolitectomía17, ambos en 1992; actualmente el dominio y el perfeccionamiento técnico hacen innecesario el uso de la distensión con el globo.





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