DISCUSIÓN
Si bien los reportes de grandes series internacionales
muestran resultados favorables con la colocación de la banda
sueca ajustable, la efectiva justificación en su uso requiere
un análisis a largo plazo. Sin embargo, en el tiempo transcurrido
consideramos nuestros resultados satisfactorios.
La capacidad del personal tanto médico como hospitalario
es fundamental para disminuir la morbimortalidad ligada al procedimiento.
Implementar y dotar de elementos propios, que este tipo de cirugía
demanda en los hospitales, asegura también el éxito
de estas intervenciones. Hemos insistido mucho en la selección
de pacientes con el fin de obtener los resultados mas favorables.
La valoración psicológica disminuye la posibilidad
de fracaso. Incluimos en la evaluación preoperatoria la manometría
esofágica en algunos pacientes al azar, para detectar previas
disfunciones de motilidad y en quienes las complicaciones como el
reflujo o la pseudoacalasia pudieran manifestarse posteriormente
a la calibración, sin que los resultados sean concluyentes
razón por la cual lo hacemos selectivamente.
El promedio de edad del grupo reportado nos asegura que se beneficia
un sector poblacional con una expectativa de vida aún larga.
Así, existen pacientes por debajo de los 15 años,
con problemas discapacitantes de rodillas, que han mejorado notablemente
en el seguimiento.
Los siete pacientes que han sido sometidos a reoperaciones, se ubican
dentro de las más frecuentes complicaciones en la bibliografía:
las rupturas de la banda en dos pacientes tienen probablemente como
causa un defecto técnico. El reemplazo por vía laparoscópica
fue factible. Si bien se utiliza profilaxis antibiótica,
las infecciones de la banda se produjeron en el postoperatorio tardío
en dos casos, y en ellos el gérmen detectado fue la P. Aureoginosa.
En los dos casos se retiró por vía laparoscópica
y en uno de ellos se asoció con sutura de la pared gástrica.
Otro paciente mostró una persistente secreción estéril,
serosa a nivel del implante para calibración, que a pesar
de ser movilizada por dos ocasiones, mantenía una reacción
inflamatoria que se resolvió una vez que se retiro la válvula.
El paciente fue catalogado como hipersensible al material. Otro
paciente presentó inclusión de la banda en la pared
gástrica descubierta en un control endoscópico rutinario
con paciente asintomático. Se intentó una retirada
por vía laparoscópica que tuvo que ser convertida
por dificultad técnica por adherencias. En ese caso se realizó
también sutura de la pared gástrica. El paciente restante
tuvo una dilatación gástrica aguda secundaria a un
desplazamiento anterior de la banda. La sintomatología se
caracterizó por vómito persistente y reflujo gastroesofágico.
La valoración fluoroscópica es de ayuda importante
para detectar complicaciones dependientes de los defectos de llenado
de la banda y su desplazamiento, y la endoscopia digestiva alta
para las erosiones de la misma en la pared gástrica. La complicación
tardía mas frecuente y que no requirió cirugía
fue el reflujo gastroesofágico, que fue tratado mediante
bloqueadores de la bomba de protones (Omezol). No se documentó
en ellos con manometría esofágica preoperatoria. Existen
dos pacientes en los que se desarrolló pseudoacalasia, y
que requirieron un total de desajuste de la banda por dos meses
para mejorar la sintomatología. Después se ha reiniciado
progresivamente el llenado de la banda consiguiéndose una
estabilización del peso alcanzando.
Existen dos pacientes que han abandonado el tratamiento definitivamente:
uno por problemas psiquiátricos y el otro voluntariamente,
por lo que hacemos mucho énfasis en la necesidad de una valoración
periódica por parte del psicólogo, sin que ello asegure
definitivamente un resultado favorable siempre.
La baja progresiva del exceso de peso en el grupo poblacional es
adecuada durante el tiempo del estudio, si bien es mayor dentro
del primer mes, esto se debe al efecto de la dieta (líquida
de 1.200 cal). Posteriormente y en función del peso inicial,
dieta, ejercicio, la perdida del peso se mantiene entre un promedio
de 1.5 a 3.0 Kg. por mes, llegando a los tres años a mantener
un equilibrio en el grupo estudiado, en donde el promedio de perdida
del exceso de peso es de 56.22% con algunos casos que tienen hasta
una perdida del 100% de su exceso de peso. La satisfacción
encontrada en nuestros pacientes al tratamiento recibido fue del
96% -motivo de otra publicación en curso-, lo que nos indica
que se han llegado a controlar no sólo las comorbilidades
clínicas (hipertensión arterial, diabetes, degeneración
osteoarticular) sino también las psicológicas, que
generan aislamiento.
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