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INTRODUCCIÓN
La hiperhidrosis primaria se caracteriza por un exceso de sudoración,
sin que se haya demostrado ninguna patología subyacente que
la justifique. La etiología de este padecimiento no está
clara. Suele debutar en la adolescencia. Se ha postulado recientemente
que puede ser una condición heredada, siendo el patrón
sugerido autonómico dominante trasmitido con penetrancia
incompleta (1). La inervación autónoma de las glándulas
ecrinas de los miembros superiores depende de los segmentos torácicos
T2 a T5 (2), y es por tanto a estos niveles donde debe actuarse
para disminuir este exceso de sudoración.
La simpatectomía torácica comenzó a realizarse
a comienzos del siglo XX. Esta técnica está indicada
en diversas patologías. El primero en realizar una simpatectomía
torácica abierta para el tratamiento de la hiperhidrosis
fue Kotzareff, en 1920. Posteriormente se desarrollaron numerosos
abordajes, siendo considerado Kux el padre de la simpatectomía
toracoscópica (3-4). El desarrollo de la simpatectomía
toracoscópica ha permitido disminuir las complicaciones relacionadas
con esta técnica (5). La simpatectomía toracoscópica,
en el momento actual, es el tratamiento de elección de la
hiperhidrosis palmar, siendo la satisfacción de los pacientes
a largo plazo, excelente (6). No obstante, en un 2% de los casos
puede haber un fracaso inicial de la técnica (1,7) y puede
haber recidiva de los síntomas hasta en el 8% de los casos
(8). Se han descrito numerosas causas posibles de estas recidivas
y fracasos de la técnica, una de ellas es la persistencia
del nervio de Kuntz (1,9,10). Kuntz, en 1927, describió unas
ramas intratorácicas inconstantes que conectan el primero
y segundo nervios torácicos, y que incluyen fibras simpáticas,
que alcanzan el plexo braquial sin pasar por el tronco simpático
(10).
PACIENTES Y MÉTODO
RESULTADOS
DISCUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
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