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En el mes de junio de 1991 organizamos en el Hospital Clínico de Madrid, bajo la dirección de la Profª E. Vincent Hamelin, el Primer Curso Nacional de Cirugía Endoscópica. A lo largo de dos jornadas intensivas se presentaron los fundamentos de la cirugía endoscópica y se analizó la técnica de la colecistectomía, de la cirugía laparoscópica de urgencia y de otros procedimientos avanzados como la linfadenectomía pélvica, la miotomía de Heller y la cirugía gástrica. Se retransmitieron dos procedimientos en directo realizados por los Profs. J. Périssat y P. Mouret, pioneros del nuevo abordaje, y se contó también con la presencia de otras importantes figuras del panorama de la cirugía endoscópica mundial. Esta fue una de las primeras reuniones dedicadas a la técnica que probablemente ha acaparado más el interés de los cirujanos y especialistas quirúrgicos durante la década de los 90 y hasta la actualidad. Desde entonces han proliferado todo tipo de reuniones, unas científicas y otras menos, dedicadas a formar e informar sobre cirugía endoscópica y todos su aspectos relacionados.

La asistencia a congresos y reuniones científicas se considera parte de la formación continuada que debemos llevar a cabo los profesionales de la Medicina con el fin de aumentar y actualizar nuestros conocimientos y mantener nuestro nivel de competencia. Pero, ¿hasta qué punto es fiable la información que se transmite en los Congresos? ¿Realmente es útil el esfuerzo que deben realizar hoy en día los profesionales para acudir a ellos a pesar de la enorme presión asistencial a la que se ven sometidos? ¿Cómo evaluar el posible interés de una reunión antes de acudir a ella?

El desarrollo meteórico de la cirugía endoscópica ha traído de la mano la aparición de numerosos personajes que de otro modo no habrían alcanzado ninguna significación en el mundo científico, y que, al amparo de la laparoscopia, consiguen una cierta relevancia por su habilidad técnica o simplemente por su osadía. Afortunadamente estos individuos pueden identificarse fácilmente. Ciertos congresos y reuniones les prestan acogida y les proporcionan el relieve que buscan, pero los asistentes debemos saber que no es oro todo lo que reluce. No todo lo que puede hacerse debe hacerse, y los criterios e indicaciones de las diferentes técnicas no han variado con la introducción del abordaje laparoscópico. Además debemos ser muy conscientes de los riesgos que asume el paciente por ser intervenido de este modo, y contrarrestar el entusiasmo con la prudencia.

Otra cuestión a tener en cuenta es la financiación de los congresos. Además de las inscripciones de los asistentes, habitualmente se cuenta con la colaboración de casas comerciales interesadas en promocionar de este modo la utilización de sus productos. Generalmente la participación y la organización de estas reuniones científicas no proporciona beneficios económicos, pero algunas sociedades científicas obtienen pingües beneficios de ellas y algunos ponentes cobran su participación como si de artistas del mundo de la farándula se tratara.

La mejor forma de obtener beneficio con la asistencia a los congresos y reuniones es tener muy claros los objetivos que se pretenden con ella. Recibir cierta información sobre el trabajo de otros grupos es un objetivo realista, pero a veces se consigue mejor en el pasillo o en los descansos para café que escuchando a los ponentes. Es imposible aprender ninguna técnica ni adquirir ningún entrenamiento en 2-3 días, que es lo ofertado por la mayoría de los cursos o reuniones orientadas a la “formación”. Si es ese nuestro objetivo fundamental debemos ser muy selectivos e informarnos muy bien antes de acudir a un curso que nos va a suponer una inversión de tiempo y de dinero. La asistencia a los congresos tiene en general poca repercusión en el currículo, por eso este no es un objetivo adecuado.

La fiabilidad de los organizadores es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta para decidir la asistencia a un congreso. Una organización seria y eficaz y la confianza en las personas que respaldan la reunión son factores muy positivos que avalan la decisión, y si a ello se suma la posibilidad de cumplir alguno o más de nuestros objetivos, es muy probable que la asistencia a este evento científico cubra nuestras expectativas.



E. Ortiz Oshiro
Hospital Clínico San Carlos. Madrid



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